2. El potencial de la experiencia directa
«Si no lo investigas ni lo pruebas por tí mismo, ¿cómo sabes que es correcto y práctico? ¿Cómo podrás explicarlo con tus propias palabras? . Cree solamente la mitad de lo que veas, y definitivamente nada de lo que oigas.» (Giménez:99)
Esto es parte de lo transcrito por el pedagogo y músico Toni Giménez acerca de la filosofía de Bruce Lee, aquel artista marcial y de cine de los 70’s, cuya disciplina y fuerza insólitas dejaron historia como un caso excepcional. Yo asumoque esa rareza y particularidades que lo caracterizaron surgen de la tendencia que tenía Bruce Lee a forjarse sus propias reglas.
En el contexto de Las izquierdas, casi todo acierto nuestro tenía detrás ochentamil errores, lo cual no considero algo de qué avergonzarse. Gabo en especial, abogaba por el impulso de hacer las cosas para sentirlas, y después de eso mejorarlas y corregirlas. Puede que no sea la forma más ortodoxa de proceder, pero sí es la más divertida y la que más aprendizaje provoca. Además, dentro de un línea de trabajo que no tiene precedentes claros, ¿de qué otra forma se podría saber qué pasa si…?
«Barthes escribió que «la interdisciplinariedad, de la que tanto se habla, no consiste en confrontar disciplinas ya constituidas. Para conseguir la interdisciplinariedad no basta con tomar un asunto y convocar en torno a él dos o tres ciencias. La interdisciplinariedad consiste en crear un objeto nuevo, que no pertenezca a nadie» [p.107 en Barthes, Susurros del lenguaje]. Lo interdisciplinario no es entonces epigráfico, ni tampoco el puente que une a dos tierras sobre una corriente embravecida, especie de no lugar del discurso de las ciencias y las artes del hombre, sino una nueva posibilidad discursiva y un nuevo real práctico y de acción. Este nuevo objeto constituido o por constituir posee la naturaleza que le otorga la experimentación, la prueba, el ensayo. Posee de igual manera el carácter de lo contingente, lo intempestivo, lo inesperado y lo incalculable. Ello no significa que lo interdisciplinario tenga el sentido de lo irreflexivo, por el contrario. La interdisciplina que aparece al principio como un llamado de alerta, una invocación al cambio y la transformación enriquecedora de significados, nace apenas siendo controlada pero, como conviene saber, el objeto interdisciplinario demanda también una suerte de cálculo de responsabilidades sociales. Justamente porque no puede ser absolutamente previsible el resultado, la práctica interdisciplinaria debe ensayar los efectos que tendrá sobre nosotros… sobre las maneras habituales de producir significados. Decimos entonces que el fenómeno interdisciplinario es ante todo una experiencia.» (Jiménez:2004;26)
Voy haciendo un uso indistinto de las palabras multidisciplina, interdisciplina y transdisciplina, sobretodo porque no me parece tan relevante la diferencia entre ellas en lo que ocupa a este texto sobre Las izquierdas. Y sobre este fragmento habrá que resaltar ‘aquel objeto que no pertenece a nadie’, el que nace de la acción. Porque el performance de Las izquierdas fue creciendo y agregando elementos conforme iba recibiendo respuesta. Ahí radica su belleza, en que incluso las contribuciones externas a él (como el video musical que nos realizó la videoasta Miroslava Tovar para Liz la encueratriz) son los experimentos que terminaban por otorgarle forma al proyecto. Me parece que este cruce de recursos y de medios se da naturalmente cuando los practicantes del arte buscan a otros afines a su búsqueda particular. Pondré de ejemplo a la ola Pornoterrorista de performances, que nos acogió como si de ella hubiéramos nacido. Y ‘aquel objeto que no le pertenece a nadie’ de pronto ya era ‘performance’ también. Y es un fenómeno irrepetible, dado que estaba lleno de inocencia ávido de experiencias:
«Para cambiar la vida, o para cambiar el mundo, no nos sirven entonces los horizontes emancipatorios y revolucionarios en los términos en los que los hemos heredado. Por eso los cuerpos se desencajan de los discursos y empiezan a hacer lo que sus palabras no saben decir.» (Garcés, un mundo común)
Podría decir que nuestros experimentos no cabían ni en el mundo del rockanrol, ni en el del arte, ni en el del teibol dance,
«El tercer aniversario de Las izquierdas se prolongó casi hasta el amanecer con baile de tubo, punk chafarama, rock and roll filoso con un sinfín de valedores que se dieron cita este sábado en el Centro de Salud a altas horas de la noche. Una fiesta que no sólo se quedó en el buen viaje del cuerpo desnudo, sino en una propuesta que busca el encuentro con la diversidad de género teniendo a la música como enlace.» (Orlando Canseco)
y, al no hallar (ni buscar) un hueco en ‘lo heredado’, lo que pasó fue la creación de un espacio y ritual nuevos:
«Maratón Chafarama es un disco hecho con las entrañas, inteligente e independiente. Es la culminación de un gran desmadre, como la travesura genial de tres niños. Rastros de blues, punk, glam, pole dance, situacionismo, rock urbano, no wave y poesía maldita. Música para mover el culo y alzar los puños. Un testimonio de nuestra generación , reprimida y puteada, y que sin embargo, resiste.» (Donovan Villegas)
Es muy divertido sumar la evolución de lo que fuimos experimentando en los tres años de vida de la banda. Empezando como música, agregándole la hechura de flyers para promocionar los toquines, después experimentando con los vestuarios para mejorar el aspecto visual, luego utilizando letreros como marca personalizada de la banda. Luego, todo aquello convirtiéndose en fotografías (ahí ya empiezan a entrar otras manos), luego documentando esas experiencias en huecograbados y en un fresco, después agregando sutiles bailes coreografiados, después el elemento clave del tubo, luego la hechura de serigrafías para poder dejar un recuerdo en playeras, después en calzones, posteriormente experimentando grabar las canciones, pasando por muchísimos errores, luego generando nuestros propios microdocumentales, luego haciendo el video musical (y para éste, preparar escenografías dibujadas, tarjetas de presentación, storyboards y demás planeaciones previas) y, finalmente, desembocar en la concreción de un CD, que carga con todo el trabajo ínter/pluri/multidisciplinar ya descrito.
En su libro Making is connecting, el profesor de ‘creatividad’ David Gauntlett nos dice:
“Enough people have wanted to go on making things. Enough people believe they can expand their ideas and knowledge about the world through learning and practicing a craft. Some people believe that if you want to truly understand a thing you have to make a version of that thing – a model, representation, or piece of mimetic art.” (Gauntlett:2008;24)
Quizás si hubiéramos preguntado antes, cualquiera hubiera dicho que ni lo intentáramos. Pero ahí radica el potencial de la experiencia directa.