4. Los caminos misteriosos de la intuición
La intuición no es un órgano, no es un lugar en la mente, ni una cualidad humana comprobada. Dentro del campo de las ‘medicinas alternativas’ se le conoce como un sexto sentido (se dice, no sensorial, sino extrasensiorial). Algunos estudiosos del cerebro dicen que se halla justo en el límite de sus hemisferios. Dentro de la filosofía se le ha estudiado como parte fundamental de muchísismos descubrimientos. A ella se le atribuye el famoso ‘Eureka’ de Arquímedes y parte de la forma de ver la vida que tenía Einstein. No sabemos de qué se trata este sujeto resbaladizo, pero intuyo que algo tiene que ver con toda esta historia de Las izquierdas. Este fragmento sobre las teorías de Henri Bergson sobre la intuición lo hallé en un libro dedicado a ésta, escrito por un hombre llamado Mario Bunge:
«La intuición nos permite aprehender todo lo que permanece exterior a la inteligencia: el movimiento, el cambio en general, la vida, el espíritu, la historia y, sobretodo, «lo absoluto», que, por supuesto, es aquello que no es relativo. La intuición no es otra cosa que una forma altamente desarrollada del instinto. Es superior a la razón en cuanto se expresa de un modo hipotético. ¿Cómo podríamos dudar de que el instinto es superior a la razón, si aquél puede afirmar decididamente (y aun gritar), «q», mientras que esta última sólo se atreve a enunciar «q a consecuencia de que p»…?» (Bunge:33)
Esta tesis está hecha de intuiciones, de mi atrevimiento al rescatar todos, absolutamente todos esos pensamientos que en otra circunstancia podría considerar vagos. Pero que, tomándolos y diseccionándolos con cuidado, podrían funcionar como pistas clave de lo subyacente que hay en nuestras actividades artísticas y humanas. Un poco como el procedimiento que se practica en el psicoanálisis, al tomar los lapsus y las lagunas en la forma de hablar de los pacientes para descubrir lo que subyace tras sus histoias o comentarios.
«… una intuición no se demuestra, sino que se experimenta. Y se experimenta multiplicando o incluso modificando las condiciones de su uso. Samuel Butler dice con razón: ‘Si una verdad no es lo suficientemente sólida para soportar que se le desnaturalice o se le maltrate, no es de especie muy robusta'» (Bachelard:1987;11)
Pongo por ejemplo, mis múltiples menciones a los zapatistas a lo largo de este segundo capítulo. Vienen de una fuerte intuición de que mi modo de ver la vida y accionarme está relacionada con la de ellos. Rescato un escrito de la Mery Buda de hace cuatro años, la que llevaba un año de tocar con Las izquierdas:
«El rigor y el flujo
Quiero hablar con ustedes en serio, preguntarles para saber en qué terreno estoy parada.
Gabo, ¿tú tienes algún objetivo definido o intuido que tienes en mente para estar haciendo Las izquierdas? Esto que estamos haciendo no es algo que se haga con cualquier persona que acabes de conocer. Cada uno ha visto en los otros dos miembros una actitud, un mensaje o una forma de vida que le parece que es genuina, atinada o útil.
Quizá eso, si estamos juntos nos da el poder moral de saber que lo que tocamos es una dádiva de alguna naturaleza, quizá de la naturaleza de ‘un buen rato’, ‘una buena experiencia compartida’….
El rigor durante la construcción de nuestras canciones me ha servido. Ya llegué a un punto en el que puedo comprender a grandes rasgos las cualidades de una canción… el ritmo, cuando ‘crece’, cuando se mantiene, cuando sorprende… Pero el flujo no lo siento. Salir a la calle y tocar ha de tener un por qué, al menos en mi cabeza. Necesito que ese por qué sea más grande que mi ego y que el tuyo y que el tuyo (los miro y señalo una vez a Andrés y otra vez a Gabo).
No estoy haciendo esto para alimentar la popularidad solamente. Creo que la popularidad tiene que ventilarse en otro lado, donde no nos dé falsa modestia y tampoco nos otorgue falsa grandeza.
Cuando traemos a alguien al ensayo a mí me gusta ver que se divierte. Pero ¿para eso estamos aquí? ¿Para divertir? ¿Para divertir a los guerrilleros?» (Blog Algo tiene que salir de este cuarto!, 17 de junio 2013)
Este fragmento me llamó la atención, sobre todo por el uso del término ‘guerrilleros’ refiriéndome a quienes acudirían o se relacionarían con Las izquierdas.
Y de alguna manera me soprende que se hiciera realidad, con el tiempo, que los principales seguidores y beneficiados de Las izquierdas eran mujeres fortísimas y dadas a la resistencia, al igual que hombres que se cuestionaban cualquier rol automático jugado por ellos en el performance de la vida. Resultamos, de alguna forma, vernos rodeados por una lista brillante de guerrilleros del arte en todos sus tipos.
«La intuición de Bergson no es conocimiento propiamente dicho, y él mismo reconoce que es nebulosa. Nada sería sin las incitaciones de la inteligencia; sin la inteligencia, la intuición quedaría en puro instinto, que se concentra en lo singular en movimiento. Pero la intuición toma cosas desde adentro… y produce una certidumbre que la razón es por completo incapaz de alcanzar. La búsqueda de la certidumbre y de los fundamento últimos, es nuevamente, la fuente principal del intuicionismo.» (Bunge;35)
Este breve capitulito es, entonces, una invitación a considerar esta forma de concebir ideas como válida. Otorgarle, pues, una importancia (no ciega, sino mezclada con audacia e inteligencia) y una confianza más amplia a ‘esa sensación’ inexplicable de certeza que muchas veces nos llega desde el primer momento que acariciamos una idea. Permitirle entrar en juego es una contribución que estamos haciendo tanto a nuestro autoconocimiento, como a la frescura de las obras que producimos.
En el curso de Las izquierdas, por ejemplo, dado que se trataba de un experimento multi/inter/transdisciplinario, en donde el resultado de no integrar, por ejemplo, el pole dance, o de no llevar letreros pintados a los toquines, o de no usar un vestuario exótico podría haber cambiado por completo la historia de la banda. Como no conocíamos el resultado de esas mezclas en las primeras ocasiones, fue por medio de la intuición y del ánimo de experimentar que se tomaron las decisiones del rumbo de acción. Por supuesto, esto se encadenó con el azar, el compromiso total y los otros factores que conjuntaron a estos tres artistas en un momento de sus vidas que dio como resultado una experiencia transformadora para ellos y, siendo ambiciosa al decirlo, para algunos más a su alrededor.
Tomo a Judd Apatow, el cómico director de cine ya mencionado. En 1999 lanzó a la televisión una serie llamada ‘Freaks and Geeks’, que resultó un total fracaso mercantil. sin embargo, algo hay en ella de underground, de contracultura que la vuelve un acierto para Apatow:
«Sometimes, when I think about my career, I think of it in this weird way. I had this show that was a financial failure, Freaks and Geeks, which didn’t even last a full season. But in my head, I have tricked myself into believing it was a major accomplishment. I tell myself, Well, at least I accomplished that. And then I look at the rest of my life and career as post-Freaks and Geeks. Whatever I do, it doesn’t matter because I pulled it off once and that was enough. I look as the rest of my career as gravy.» (Apatow:388)
Tengo que decir lo intuitiva que resulta ese pensamiento, que va completamente en contra del concepto de éxito, En los estándares de la realidad interna de este hombre, su serie ‘fallida’ significa el alcanzar un objetivo que él persiguió desde niño, trazando su camino poco a poco:
«At that age, the comedians I like most were the ones who called out the bullshit and gave voice to my anger -the Mrx Brothers, Lenny Bruce, George Carlin, Jay Leno. I loved anyone who stood up onstage and said that people in power were idiots, and not to be trusted. I was also drawn to people who deconstructed the smaller aspects of this bizarre and ridiculos life. I idolized the new generation of observational comedians like Jerry Seinfeld, Paul Reiser and Robert Klein. I related to them and imitated them , and even began to write really bad jokes of my own in a notebook.» (Apatow;10)
«Over the next two years, I interviewed more than forty of my comedic heroes -club comics, TV stars, writers, directors, and a few movie stars. It was a magical time. I remember walking into Jerry Seinfeld’s unfurnished apartment in West Hollywood, in 1983, and asking him directly, «How do you write a joke?» (Apatow;18)
Quizás se trata de que la intuición nos sitúa en la situación real de nuestro mundo. Decide de acuerdo a nuestros estándares, evita lo que sabe que lo daña. Y elige las oportunidades que sabe que lo harán crecer dentro del ámbito que sí es importante para nuestra realidad interior:
«Pistols fueron una unión alucinante de un grupo de personas qeu se detestaron nada más verse, que recelaban unos de otros y que, sin embargo, sacaron el mejor provecho de estar juntos. Un viaje, un torbellino de ideas. Había muchas cosas que me habían estado rondando la cabeza durante años pero que no sabía como organizar y exponer, así que para mí los Pistols fueron una oportunidad fantástica: de repente, todo tenía sentido. Al parecer, era flipante que la letra de ‘Anarchy in the UK’ se la hubiera inventado un chaval de sólo veinte años. No lo digo en plan creído. Me refiero, más bien, a que en aquel momento no tuve ocasión de tomar distancia y de calibrar lo que estaba haciendo porque todo era demasiado frenético, demasiado rápido.» (Lydon)
Eso es lo que Johnny Rotten escribe a sus 58 años de edad, sobre aquella parte de su vida, la iniciación como músico que tuvo en los Sex Pistols. Mancionaré a Bowie hablando sobre la época en la se recreó como otro personaje:
«In the 1996 BBC documentary Dancing in the Street, Bowie stated:
If you asked me at the time what was I trying to do, I had simply no idea. All I knew it was… this otherness, this other world, an alternative reality, one that I really want to embrace. I wanted anything but the place I came from» (Devereux;350)
Podría decirse, entonces, que la intuición funciona inversamente a la razón. Primero se echan a andar las cosas que se siente que van por buen camino. Ya después habrá tiempo, necesidad y beneficio en explicar.
«La creación de una cosa, y la creación más la comprensión completa de una idea correcta de la cosa, constituyen muy a menudo partes de uno y el mismo proceso indivisible y no pueden separarse sin provocar la detención del proceso. El proceso mismo no está dirigido por un programa bien definido, y no puede estar dirigido por un tal programa porque es el proceso el que contiene las condiciones de realización de todos los programas posibles. Antes bien, está dirigido por un vago impulso, por una ‘pasión’ (Kierkergaard). La pasión da lugar a una conducta específica que a su vez crea las circunstancias y las ideas necesarias para analizar y explicar el proceso, para hacerlo ‘racional’.» (Fereyabend;4)
Vivir, luego explicar.
«La noche termina. Su acto termina. «Tuve ganas de encuerarme – me dice otra chica – pero no supe». Tal vez porque no se garantizaba la intimidad y cualquiera podía entrar y echar a perder la madrugada y el ritual chafarámico. Las izquierdas es un trío que recupera la crónica urbana, el punk crítico, divertido y desenfadado; que rescata al cuerpo como instrumento libertario de las ataduras moralistas, mostrándonos la belleza de las «imperfecciones naturales». Las izquierdas nos desnudan como personas y como sujetos sociales. De ahí su importancia y la radicalidad de su propuesta.» (Orlando Canseco)