Analicemos, en efecto, esta curiosa proposición:
El Sabio, es decir aquel que está animado por el espíritu del Señor… no se abandona a la risa sino temerosamente… Se detiene al borde de la risa como al borde de la tentanción. Hay por lo tanto, según el Sabio, una cierta contradicción secreta entre su carácter de sabio y el carácter primordial de la risa. (pag 18)
La risa es satánica, luego es profundamente humana. En el hombre se encuentra el resultado de una idea de su propia superioridad; y, en efecto, así como la risa es esencialmente humana, es esencialmente contradictoria, es decir, a la vez es signo de grandeza infinita y de una miseria infinita, miseria infinita respecto al Ser absoluto de que posee la concepción, grandeza absoluta respecto a los animales. La risa resulta del choque perpetuo de esos dos infinitos. Lo cómico, la potencia de la risa está en el que ríe y no en el objeto de la risa. No es el hombre que cae quien ríe de su propia caída, a menos que sea un filósofo, un hombre que haya adquirido por hábito la fuerza de desdoblarse rápidamente y de asistir como espectador desinteresado a los fenómenos de su yo. Pero el caso es raro. (pag 28)
Muchos de los espectáculos que excitan la risa en nosotros son bien inocentes, y no sólo las diversiones de la infancia sino también muchas cosas que sirven para el divertimento de los artistas, nada tienen que ver con el espíritu de Satán. (pag 33)
…ante todo hay que distinguir bien la alegría de la risa. La alegría existe por sí misma, pero tiene diversas manifestaciones. En ocasiones es casi invisible; otras se expresa mediante el llanto. La risa no es más una expresión, un síntoma, un diagnóstico. ¿Síntoma de qué? He ahí la cuestión. La alegría es una. La risa es la expresión de un sentimiento doble o contradictorio; por eso hay convulsión. (pag 33)
En lo sucesivo denominaré a los grotesco cómico absoluto, como antítesis de los cómico ordinario, que llamaré cómico significativo. Lo cómico significativo es un lenguaje más claro, más fácil de comprender por el vulgo, y en particular, más fácil de analizar, al ser su elemento visiblemente dual: el arte y la idea moral; pero lo cómico absoluto, al aproximarse mucho más a la naturaleza, se presenta como una clase una, y que quiere ser captada por intuición. No hay más que una verificación de lo grotesco, es la risa, y la risa repentina. (pag 35)