Dominique Amezcua

A Las Izquierdas con amor…

Ayer, después de mucho tiempo, regresé al Alicia. Regresé nada más y nada menos que a la presentación del primer disco de Las Izquierdas, la banda de punk del Panzón anónimo (Andy Mountains), Mery Buda (Mery Izquierdas Buda) y Gabo Salvaje (Juárez Romero). Sabía que ir era garantía de pasar un muy buen rato, pero lo que me tocó ver y vivir no podría siquiera habérmelo imaginado.

El lugar se llenó de cuerpos bailantes, dueños de sus propias voces, desnudos, gozosos, liberados, llenos de ellos, de lo que son y de todo lo que inunda esos cuerpos desnudos, gozosos, bailantes. Me ubiqué cerca del tubo porque me resulta irresistible presenciar la maravilla de esas promesas de crisálidas que resbalan por el hilo plateado, preparándose para cuando posean sus propias alas. Y vuelan, convulsas, disfrutando del ritual ante mis ojos.

De pronto la guitarra y las armónicas impregnaron el lugar mientras los acordes de la gran rola de Rockdrigo González cambiaban por completo la atmósfera.

Cabalgo sobre sueños, innecesarios y rotos,
prisionero iluso de esta selva cotidiana…

Las voces de Andrés y Mery acariciándose la una a la otra, mientras la armónica de Gabo les acompañaba con su llanto. Compases melancólicos, llenos de las palabras que enseñan, que recuerdan, que nos hablan a todos porque hablan de todos, de todo, de lo auténtico, de lo que nutre, pero también de lo que duele.

No tengo tiempo de cambiar mi vida
La máquina me ha vuelto una sombra borrosa…

Los ojos se me anegaron de lágrimas que, de no caber, se dejaron caer. Y lloré, lloré como llevaba tiempo necesitando llorar. Lloré conmovida, desde el fondo del alma, de las entrañas, del corazón. Lloré por mí y por todos mis compañeros, porque es la mejor manera de llorar. Y lo que me pasó me hizo un profundo bien. Cuando acabó la canción y regresamos al punk, mi carga se había aligerado un montón.

Gracias Panzón anónimo, Mery Buda y Gabo Salvaje por los que nos regalaron ayer por la noche. Gracias por su subversiva presencia, por su lúcida inocencia, por lo valiente de su desmadre. Y gracias a Las Izquierdas, como proyecto, por hacer tan feliz a una de las personas que más quiero en el mundo mundial. Juárez Romero querido, no tienes idea de la alegría que me da verte tan bien, tan pleno, tan vivo, tan lleno de razones.

Por eso y por muchas cosas más, y de corazón, ¡Larga Vida a Las Izquierdas!


¿Cuál es la relación de Dominique con Las izquierdas?

¿Cuál es la importancia de esta nota con respecto al tema que ocupa a esta tesis?