Chevalier, Jean. Diccionario de los símbolos

Chevalier, J. (1986). Diccionario de los símbolos. Barcelona: Herder.

[noto que me gusta buscar

  • qué significa la ausencia de la cosa de la que estamos hablando
  • cuando la cosa de la que estamos hablando es un objeto activo entre dos personas (como cortar la barba, por ejemplo), qué destaca de la relación entre ellas

PARTES DEL CUERPO

Articulación. […] Las articulaciones permiten la acción, el movimiento y también el trabajo; entre los bambara, las seis sociedades iniciáticas que jalonan el curso de la vida humana estan asociadas a las seis principales articulaciones de los miembros. […]

Como los nudos y los lazos, las articulaciones simbolizarían las fuciones necesarias para el tránsito de la vida y para la acción.[…]

Para los likuba y los likuala de Congo, el cuerpo humano comprende catorce articulaciones principales, de las cuales hay siete superiores (cuello, hombros, codos, muñecas) y siete inferiores (lomos, ingles, rodillas, tobillos) que constituyen la sede de la generación[…]

La articulación es uno de los símbolos de la comunicación, la vía por donde se manifiesta y pasa la vida.” (Chevalier:1986;143)

“Barba. Símbolo de virilidad, de coraje y de sabiduría.

[…] los héroes así com los dioses, los monarcas y los filósofos se representan barbudos la mayoría de las veces. Igualmente el Dios de los judíos y cristianos. Las reinas egipcias se representaban con barba como signo de un poder igual al de los reyes. En la antigüedad se daba barba postiza a los hombres imberbes y a las mujeres que habían dado prueba de coraje y de sabiduría.[…]

Ésta tenía entre los semitas grandísima importancia. No solamente era signo de virilidad sino que se consideraba como el ornamento del rostro masculino. Era pues objeto de grandes cuidados y a menudo se perfumaba. Desaliñana y descuidada era signo de locura.[…] Cortar la barba de un enemigo o de un visitante era cometer una grave afrenta, y quien era víctima de ello se escondía para no exponerse al ridículo hasta que no hubiera crecido de nuevo. En un solo caso estaba autorizado el cortar la barba: en ocasión de duelo o de dolor; a veces era solamente recubierta como signo de aflicción.” (Chevalier:1986;177)

“Boca. Abertura por donde pasa el soplo, la palabra y el alimento; la boca es el símbolo de la potencia creadora, y más particularmente, de la insuflación del alma. örgano de la palabra (verbum, logos) y del soplo (spiritus) simboliza también un grado elevado de conciencia, un poder organizador por medio de la razón. Pero este aspecto positivo entraña como todo símbolo lo opuesto. La fuerza capaz de construir, animar, ordenar, es igualmente capaz de destruir, matar, trastornar y abatir: la boca destruye tan deprisa como edifica sus castillos de palabras. Es mediación entre la situación donde se encuentra un ser y el mundo inferior o el mundo superior, a los cuales puede arrastrarlo. Se representa en la iconografía universal tanto por las fauces des mostruo como por los labios del ángel, es la puerta de los infiernos y también del paraíso. […]

Algunas esculturas del sur de la Galia representan cabezas sin boca. […] Tal ausencia de boca debe ciertamente relacionarse con la elocuencia, la poesía o la expresión del pensamiento.[…] Como el ciego está dotado de clarividencia, el hombre sin boca es orador, poeta de un lenguaje distinto del común.” (Chevalier:1986;193)

“Cabellos. La edad de la virilidad es aquella en la que se dejar crecer los cabellos. El hecho de tener los cabellos rapados era, en China, una mutilación, que impedía el acceso a cierta funciones, en suma toda una emasculación verdadera. El corte de los cabellos correspondía no solamente a un sacrificio, sino a una rendición: era la renunciación -voluntaria o impuesta- a las virtudes, prerrogativas, y finalmente a su propia personalidad.    […] El corte y la disposición de la cabellera han sido siempre un elemento determinante no solamente de la personalidad , sino también de una función social o espiritual, individual o colectiva.  [me que´de en la PAG 219, leer todo lo siguiente…]

 

 

 

 

COLORES

“Amarillo. I. Intenso, violento, agudo hasta la estridencia o bien amplio y cegador como una colada de metal en fusión, el amarillo es el más caliente, expansivo y ardiente de los colores; difícil de entender, desborda siempre los marcos donde se lo quiere ceñir. Los rayos de sol, atravesando el azul del cielo, manifiestan el poderío de las divinidades del más allá; […]” (Chevalier:1989:87)

“Anaranjado. A medio camino entre el amarillo y el rojo, el naranja es el color más actínico. Entre el oro celeste y las fauces ctónicas, este color simboliza en primer lugar el punto de equilibrio del espíritu y de la libido. Pero tal equilibrio tiende a romperse en un sentido o en otro, y se convierte entonces en la revelación del amor divino, o en el emblema de la lujuria.

En el primer caso están, sin duda, el vestido azafranado de los monjes budistas […]” (Chevalier:1986;93)

“Azul. […]

Aplicado a un objeto, el color azul aligera las formas, las abre, las deshace. […]Inmaterial en sí mismo, el azul desmaterializa todo cuanto toma su color. Es el camino de lo indefinido, donde lo real se transforma en imaginario.[…]

Dominio, o sobre todo clima de la irrealidad -o de la surrealidad- inmóvil, el azul resuelve en sí mismo las contradicciones, las alternancias -como las del día y la noche- que dan ritmo a la vida humana.[…] Un entorno azul clama y apacigua, pero, a diferencia del verde, no tonifica, pues no proporciona más que una evasión sin asidero en lo real, como una huida, a la larga deprimente.[…] (Chevalier:1986;163)

“Blanco. […] El blanco –candidus– es el color del candidato, es decir de aquel que va a cambiar de condición (los candidatos a las funciones públicas se vestían de blanco). En la coloración de los puntos cardinales es pues normal que la mayor parte de los pueblos lo hayan hecho el color del este y el oeste, es decir, de estos dos puntos extremos y misteriosos donde el sol -astro del pensamiento diurno- nace y muere cada día. El blanco es en ambos casos un valor límite, lo mismo que estas dos extremidades de la línea definida del horizonte. Es el color del pasaje -considerado éste en sentido ritual- por el cual se operan las mutaciones del ser, según el esquema clásico de toda iniciación: muerte y renacimiento.[…]

El blanco actúa sobre nuestra alma como el silencio absoluto… Este silencio no está muerto, rebosa de posibilidades vivas. Es una nada llena de alegría juvenil o, por decirlo mejor, una nada antes de todo nacimiento, antes de todo comienzo.

[…] el blanco no es un color solar. No es en absoluto el color de la aurora sino el del alba, ese momento de vacío total entre noche y día, cuando el mundo onírico recubre aún toda realidad: el ser está entonces inhibido, suspendido en una blancura hueca y pasiva; por esta razón es el momento de los registros policiales, de los ataques sorpresa y de las ejecuciones capitales, en las cuales una tradición viva manda que el condenado lleve una camisa blanca, que es una camisa de sumisión y de disponiblidad, como lo es también el vestido blanco de los comulgantes y el de la novia que se encamina hacia su boda. Después de la boda, el blanco cederá el sitio al rojo, lo mismo que la primera manifestación del despertar del día[…] Es el color de la pureza, que no es originalmente un color positivo que manifieste la asunción de algo, sino un color neutro, pasivo, que muestra que nada aún se ha cumplido.

[…] En el África Negra[…] blanco neutro- es el colore de los jóvenes circuncisos durante todo el tiempo de su retiro; con él se enjalbegan el rostro y a veces todos el cuerpo para mostrar que están momentáneamente fuera del cuerpo social[…]. También en África, como en Nueva Guinea, las viudas, que provisionalmente se sitúan fuera del cuerpo colectivo, se enjalbegan el rostro con blanco neutro; simultáneamente, en Nueva Guinea, se cercenan un dedo de la mano.” (Chevalier:1986;89)

 

 

 

ACTIVIDADES

“Acróbata. En todas las civilizaciones el acróbata, el saltimbanqui, el clown, el malabarista han tenido un gran puesto. en el cementerio de los hombres célebres, en Moscú, un clown tiene su tumba de mármol, al lado de bailarinas, escritores, filósofos, hombres de Estado del antiguo y nuevo régimen. Los acróbatas, frecuentemente evocados en la literatura y las artes plásticas, no responden a una simbólica muy definida; se puede sin embargo observar que pertenecen a uno de los temas más constantes de la imaginería y de las ensoñaciones humanas. Puede ser que signifiquen la gozosa libertad de aquellos que están eximidos de las condiciones comunes.

La reversión del orden establecido, de las posiciones habituales, de las convenciones sociales -de las que las proezas acrobáticas multiplican los ejemplos- no corresponde necesariamente a una fase regresiva de evolución individual o colectiva. Si revelan, ciertamente, una situación crítica es para indicar en seguida la solución, que no puede encontrarse más que en movimiento. El acróbata aparece así como el símbolo del equilibrio crítico, fundado sobre el no conformismo y el movimiento. Es en este sentido factor de progreso. […]

La acrobacia simboliza el vuelo hacia una condición sobrehumana; es el éxtasis del cuerpo.” (Chevalier:1986;47)

“Beso. Símbolo de unión y de adhesión mutuas, que ha tomado desde la antigüedad una significación espiritual. […] De hecho, besos significa adhesión de espíritu a espíritu. Por esto el órgano corporal del beso es la boca, punto de salida y fuente del soplo. También es por la boca que se dan besos de amor, uniendo (así) inseparablemente espíritu a espíritu. Es por esto que aquel cuya alma sale por el beso se adhiere a otro espíritu, a un espíritu de que no se separa jamás; esta unión se llama beso. […]

Se besan las estatuas, a fin de implorar su protección.” (Chevalier:1986;186)