Rayner, G., Chamberlain, R., Stapleton A. (2009). Jacqueline Groag: textile & pattern design: Wiener Werkstäte to American modern. Woodbrigde, England.
Aunque cada una de éstas (Josef Hoffman y el Wiener Werkstäte, la Escuela de Amsterdam en Holanda y en Gran Bretaña la estética sub-cultural Feminine o Gay post-Impresionista de Boomsbury
y las Omega Workshops) fueran interpretaciones válidas de la modernidad del siglo veinte, entre los decanos influyentes del International Modern Movement, los patrones de superficies (surface patterns)
y la decoración fueron destituidos como superficiales y sin importancia (pag 11)
Adolf Loos equipara la decoración con lo que él ve como las actividades primitivas y criminales del graffitti y el tatuaje (pag 11). Para él la decoración y ornamentación equivalían a la degeneración que él
conectaba directamente con mujeres y salvajes y lo contrario, una falta de decoración, a la cumbre de los logros humanos y a la inversa la eliminación del ornamento como evolución cultural (pag 11)
La postguerra que siguió a la Segunda Guerra Mundial, la derrota del fascismo y la retirada de actitudes autoritarias y totalitarias creó una atmósfera en la que movimientos artísticos como el Surrealismo,
el Expresionismo abstracto y la creciente influencia de la cultura popular contribuyeron a una actitud más relajada e inclusiva para los patrones y la decoración (pag 12).
Después del trauma de la guerra… hubo una reacción contra los estrechos preceptos del diseño funcionalista y un afán de dar rienda suelta al color y al patrón que continúo en los 1970’s (pag 12)