PINTURAS PUBLICITARIAS y Pornoterrorismo
Recuerdo haber pensado desde el primer toquín de Las izquierdas en lo importante que era llevar un letrero que dijera el nombre de nuestra banda. Me parecía realista tener en cuenta que lo peor que podíamos hacer era asumir que ellos [los asistentes] se iban a interesar lo suficiente como para preguntarnos quiénes éramos. Y que lo mejor que podíamos hacer era aprovechar cualquier oportunidad de exposición [toquines] para implantar la existencia de Las izquierdas en algún nivel de las mentes de los asistentes, aunque sólo fuera inconsciente.
“El discurso televisivo… produce un mensaje en el que las características sobresalientes son: todo debe ser accesible, de forma rápida, sin esfuerzo. Es el reinado del mensaje obvio, de la repetición y de la seducción… Se trata de un discurso regido por la intención de facilitar su legibilidad y comprensión, con el fin de ser accesible a amplias audiencias sin la mediación de un esfuerzo decodificador arduo. Para ellos se recurre a… la constante oferta de imágenes impactantes y recursos visuales fascinantes” (Walzer:2010;289)
La comunicación de masas es una fórmula que llevamos altamente interiorizada. Es por eso que, antes de negarla, ha sido más provechoso echar mano de sus formas. A veces incluso caricaturizándola. El mensaje de Las izquierdas pudo no haber sido accesible, pero su forma, su presentación, sí lo era.
Por eso, cada vez que teníamos un evento en puerta, yo me anticipaba a elaborar un letrero. Hice más o menos cinco: el primero era de lo más simple, es decir, hojas de papel bond pegadas con diurex a lo largo y escrito con plumón negro. El segundo lo hice más resistente, sobre manta cruda, con pintura acrílica negra y blanca… le agregué al nombre de la banda el dibujo de un puño zurdo cerrado. El tercero lo hice más pequeño, igualmente sobre manta cruda pero con un fondo de encausto rosa. El cuarto lo hice sobre una tabla de madera con acrílico negro y blanco. Y el último lo elaboré pensando en foros más amplios, con acrílico blanco sobre una tira grande de terciopelo negro.
Como ya había mencionado en la introducción de esta tesis, una de las cualidades que desarrollé al haberme formado como artista visual, es la de considerar las ‘escenas’ desde el punto de vista de un espectador. En mí existe una conciencia de que si descuido ciertos aspectos del performance y del espacio estético que éste crea, el momento de tocar se desaprovecha.
En Las izquierdas quise asegurar en ese aspecto que nuestra banda se publicitara con mientras tocaba, y es por eso que, junto con Gabo Salvaje, cuidé mucho que mi bombo tuviera escrito el nombre de la banda en formas atractivas a la vista y significativas para mí. El primer parche de bombo lo elaboramos Gabo y yo con recortes de catálogos de exposiciones de arte, para encima simplemente marcarlo con el nombre de la banda en acrílico. El segundo yo lo elaboré con remaches de metal, buscando que reflejara la luz y el nombre de la banda estuviera presente durante cualquier toquín.
“…es el Nombre el que organiza todo el discurso clásico; hablar o escribir no es decir las cosas o expresarse, no es jugar con el lenguaje, es encaminarse hacia el acto soberano de la denominación, ir, a través del lenguaje, justo hasta el lugar en el que las cosas y las palabras se anudan en su esencia común y que permite darles un nombre. Pero este nombre, una vez enunciado, reabsorbe y borra todo el lenguaje que ha conducido hasta él o que se ha atravesado a fin de llegar a él.” (Foucault:1968;123)
Dentro de las instancias artísticas autogestivas, el nombre de nuestros proyectos, y en el caso de Las izquierdas el uso de letreros y de autopublicidad, es una herramienta que le otorgamos a nuestras comunidades para facilitar la comunicación acerca de lo que estamos viviendo. Ya que, a diferencia de la publicidad, nuestro objetivo no es lucrativo, sino el de ser vistos, y después de eso, entablar comunicación.
A una gran cantidad de los toquines que tuvimos, fuimos invitados por Diana J. Torres, una performancera española que, más o menos en el año de 2001, fundó junto con sus colegas de escena el término “Pornoterrorismo”.
Desde aquel momento, ella se ha estado moviendo por muchos países y realizando eventos a título de éste. Con ello ha abierto camino tanto a su propia producción (de libros, de shows, de eventos) como a artistas afines a ella. En su libro titulado Pornoterrorismo, nos cuenta:
“Técnicamente soy una enferma. Exhibicionismo lo llaman. yo prefiero no darle nombre a lo que me sucede justo antes de entrar en el escenario. Es una mezcla de calentón, fiereza, mala leche y la profunda necesidad de decir lo que tengo que decir, de hacer mi trabajo. Lo que sucede mientras estoy frente al público sí tiene nombre: pornoterrorismo.” (Torres:2013;83)
Muchos de los escenarios en los que nos vimos envueltos como Las izquierdas, contenían la carga estética del Pornoterrorismo, enmarcando así nuestro show con postulados sobre una amplia gama de feminismos (La Fulminante), sobre la liberación del cuerpo sexualizado (Cherlee Chamuko y Ligia Marina), sobre la ritualización del dolor (Joyce Jandette y la misma Diana J. Torres).
El impacto es tal:
“Ante la mirada atónita de muchos, Diana se introdujo un micrófono en la vagina y convirtió su cuerpo en un instrumento musical. También se metió objetos por el ano y pidió al público que juntos crearan un orgasmo colectivo mientras una chica le introducía todo el puño en la vagina… todo terminó con un squirt que llegó hasta la tercera fila… otra sociedad existe, lejos de las instituciones, la política, las buenas costumbres, lejos de lo “normal” (Liliana Onofre)
Gran parte de la obra escrita de Diana está dedicada al conocimiento de la eyaculación femenina, por supuesto, con la historia sobre su negación, censura y malinterpretación. El performance es una manera más de comunicar a las demás los descubrimientos propios, que le incumben a toda la humanidad. Y lo más efectivo para hacerlo sostenible, identificable consecuente y localizable es, como ya dije, nombrarlo, rotularlo, ponerlo a la vista de todos.
Más información en: https://pornoterrorismo.com/